Antecedentes Históricos

Antecedentes Históricos.



El Cementerio de Chillán está localizado en el sector sur oeste de la ciudad, cuyo acceso está en la Avenida Dr. José María Sepúlveda Bustos S/N, construido en los terrenos del antiguo fundo Bureo, el cual perteneció a la Sucesión Vicente Pérez Penroz, fueron precisamente ellos quienes donaron el predio a la Junta de Beneficencia Pública, en el año 1899, según testimonios de antiguos funcionarios, la fecha de utilización aproximada parte alrededor del año 1887.
En el año 1883 en Chile se había promulgado la Ley de Cementerios Laicos.
El antiguo Cementerio se ubicaba en el sector Oriente, en los terrenos en los que hoy se emplaza la Población Juan XXIII, en dicho predio al Nororiente, se ubicaba el Cementerio Alemán, destacando su mausoleo.
El organismo encargado de la administración del Cementerio, en un principio fue la Junta de Beneficencia Pública, la que posteriormente pasó a llamarse Servicio Fusionado, éste contaba con un plantel de 14 funcionarios, los que eran llamados auxiliares de patio, su número se fue reduciendo paulatinamente hasta quedar en sólo 9 empleados, dicho número bajaba considerablemente en la época veraniega y de vacaciones.
A partir del 1 de Marzo de 1982, el Cementerio fue traspasado desde el Servicio de Salud Ñuble a la Ilustre Municipalidad de Chillán, organismo que en la actualidad lo administra. El Cementerio Municipal de Chillán, se rige por el Reglamento General de Cementerios, el cual fue aprobado por el Decreto Supremo Nº 357 del 15 de Mayo de 1970, el cual fue publicado en el Diario Oficial del día 18 de Junio de ese mismo año (1970).


El problema de los cementerios.

“La Iglesia se opuso a cada una de estas iniciativas y se generó una ardua disputa no exenta de situaciones dramáticas, como ocurrió con los cementerios. En este caso, los liberales aspiraban a excluir a la Iglesia de la administración de dichos recintos. En 1882 al iniciarse la discusión del proyecto de ley sobre cementerios laicos, un diputado precisó “con su aprobación habremos dado el último golpe a nuestro común enemigo – la Iglesia-, que nos molesta en nuestro nacimiento, en la constitución de la familia, y aun después de nuestros días, en la puerta de los cementerios”. (*)
La ley promulgada el año 1883, prohibió la inhumación de restos mortales en las iglesias, como era tradicional antes de esta ley.
La promulgación de la Ley de los Cementerios Laicos, fue realizada durante el gobierno del Presidente don Domingo Santa María González (1881 – 1886).


Antecedentes Arquitectónicos y Artísticos.

Las rejas y portones de fierro, fueron encargadas a Alemania, por el entonces Director de la Junta de Beneficencia don Federico Kehl, quién además, trajo al país, las diferentes especies arbóreas que se encuentran en el recinto, entremezclándose con la flora autóctona.

Flora existente en el lugar.

Entre las especies existentes se encuentran Tilos, Abetos, Encinos, Pino Araucaria, Palmeras y variados tipos de Ciprés Alemán, los que forman un pequeño parque al ingreso del recinto, algunas de ellas, fueron desapareciendo para dar origen a veredas de accesos al interior, el Cementerio de Chillán pasa a formar parte como uno de los parques tradicionales más atractivos del país.

Los Mausoleos.

Los mausoleos del Cementerio de Chillán poseen variados diseños de arquitectura, siendo el más antiguo data del año 1905 y perteneció a la familia Ramírez Ham, éste en la actualidad se encuentra bastante deteriorado.



¿Mito o Leyenda?

Este sitio, nadie desea comprarlo, ya que él resguarda el recuerdo de una gran tragedia. Se dice que su dueño tenía cuatro hijas menores, María, Raquel, Delfina y Margarita, nombres escritos en una de las placas recordatorias, fechada 10 de Mayo de 1922, a las que estranguló y según se cuenta, las habría arrojado al Río Ñuble, para luego contraer nupcias con su amante y vivir sin ataduras.

Obras Escultóricas.

En el Cementerio de Chillán, se encuentra una gran variedad de obras escultóricas, algunas traídas directamente desde Alemania e instaladas en el parque en 1860 y otras desarrolladas por escultores locales, entre las que destacan obras de Helga Yufer-Kowald y Marta Colvin Andrade.

  En el Cementerio de Chillán, se encuentra este mausoleo, semejante a una fortaleza y cuya inscripción cuesta entenderla en un principio, salvo que se fije bien la atención en ella y se puede dar lectura al texto que dice: “Cuchacovich Jait”.
    El mausoleo está construido en hormigón armado, con una puerta metálica con dos manillas de doradas, semejante a la puerta de una caja fuerte, con un ventanal de seis cristales tipo catedral, que permiten el ingreso de la luz a su interior.
     La misteriosa construcción no deja indiferente a quienes transitan por el lugar.